domingo, 9 de marzo de 2014

Recuerdos imborrables


Foto de la entrada a la casa, con mi madre, que en paz descanse y mi hermana. En un descanso posiblemente despues de haber tomado el yogourt de la merienda, mi madre siempre estaba atenta a mi cuando llegaba de vacaciones. Me tenia siempre preparado algo novedoso. Cuando no eran unas camisas, eran unos calzoncillos o un pijama. Siempre me regalaba algo. 
Cuando llegue el día 30 de julio de este fatidico año de 2013, me había guardado unos calcetines que puse nada mas llegar. Ella estaba en el hospital, ingresada por un agravamiento de su fatidica enfermedad, enfermedad que al final del mes siguiente la llevó de este mundo y la arrancó de nuestra vida para siempre.

Unido a mi regalo para el verano, tenía tambien preparada un pata de Jamón para que la comieramos cuendo estuvieramos todos. Con qué alegría comió ella tambien unas lonchas de jamón ya cuando le quedaban pocos dias para su partida. Ella quería tambien que por el verano comieramos un cordero que había preparado para el día en que estuvieramos todos presentes. Ese cordero lo comimos cocinado por mi hermano el día de su funeral. 

Ella siempre estaba preocupada por nosotros. Como una madre que se desvive por sus hijos. Una madre que se alegra cuando nosotros estamos alegres, y se entristece cuando como decía ella "nos peleabamos": Es curioso no se cual sera el motivo, pero despues de fallecer no hemos vuelto a pelear entre los hermanos. Ella estaria contenta porque lo que ella intentó inculcarnos nunca consiguió que lo consiguieramos mientras vivio. 

Mamá cuanto te echamos de menos. Cuantos momentos vividos junto a ti. Recuerdo las veces que fuimos a visitarte a León al hospital cuando ya te habían llevado a ese hospital de Paliativos. Cuando poco antes te estábamos felicitando por lo bien que había sido la operación de cadera a la que te sometiste unos meses atrás. Qué alegría cuando ya recuperada de la operación de cadera volviste a tu casa, tu casa del alma, cuando volviste a poder caminar sin muleta y cuando volviste a visitar "la otra casa" , echar de comer a las gallinas, cuidar de las legumbres, coger las fresas que tanto te gustaba para tu hija, para tu nieta... ante la mirada atenta de la perrita, perrita que durante tus días de enfermedad y hasta que expiraste estaba subida a la ventana y no se perdía ni un suspiro tuyo. ¡ Ay que mala me pongo, qué mala estoy, pero por qué me pasa esto? ¿que tengo? ¿que me esta pasando?! y ella, la kika siempre atenta a cualquier palabra, a cualquier gesto que realizabas... Es curioso pero la perrita se llama Kika, tu padre, con el que te has encontrado ya se llama Kiko. Y tu madre del alma, Carmen. Sin contar a tu hermana del Alma Laudelina y para todos "morena" y tu hermana mayor: Anuncia. Ni que decir de tus cuñados Antonino y Cayo; Nides, Ernesto, Raquel y tu querido P.Octaviano. mi querido tío del que orgullosamente llevo su nombre. 

En este día que hemos celebrado el día de la mujer trabajadora, me he acordado mucho de tí. Porque fuiste una mujer luchadora, trabajadora hasta la extenuación, una mujer coraje en definitiva. Supiste llevar las riendas del hogar y supiste ser fiel a tu mision de madre y esposa hasta que esa maldita enfermedad, cuando ya habías comenzado a decir despues de la operacion de cadera y me confiaste , ahora hijo a vivir otros 10 años mas y ya sin dolores. ¡CUANTOS sufrimientos soportaste, primero con aquella complicacion del tobillo, despues con la cadera. Habian dicho los medicos que despues de una temporada tendrían posiblemente que operarte de la otra... Pero eso no se produjo. No hizo falta. Ahora estas ya liberada de todo dolor, de todo sufrimiento. Y volviendo a tu trabajo. Hay personas que dicen que las mujeres no solo trabajan en la oficina o en el trabajo exterior sino que trabajan en casa y tienen que compaginar ambos trabajos... tu los compaginaste todos. 

Trabajo no te falto en la vida. Cuando teníamos tierras,  y cuando atendíamos las vacas, tu fuiste siempre la que tenia a punto la cuadra, para que llegara papa a ordeñar. por la mañana ya tenias preparada la carretilla para que la lleváramos nosotros al campo, pero cuantas veces, cuando no nosotros no estábamos te toco a ti cogerla y llevarla para la era. Cuántas madrugadas limpiando, cuántas veces apañando, después montada en el remolque con la mies ¡que bien ponías el remolque!. con centeno, con avena, con alfalfa, con trébol... y tu siempre quejando de la tierras que no daban nada, que menuda mierda, pero que había que seguir recogiendo lo que la tierra no se dignaba darnos. En cambio cuando comenzaste a cultivar la huertita de la otra casa era otra cosa: siempre te veíamos atareada atendiendo la siembra, la recogida de tomates, de pimientos y lo que mas te gustaba: recogiendo patatas. ¡como gozabas! con aquellas patatas que eran grandes, rojas, y cuanto te gustaba quitar hierbas.... siempre estabas recogiendo hierbas, arrancando maleza como decías. 
La huerta te daba la vida, decías. Aquella tarde que ya no caminabas, te vemos al lado del pozo refrescándote con el agua que Carmelo sacaba del pozo. Recuerdo que decía tu hermana, que debía estar fría y para ti en cambio estaba caliente. ¡que complicaciones!. ¡cómo reacciona el cerebro humano!. 

En fin, mama. Qué bonito sería que todavía pudieramos intercambiar unas palabras. ¡cuánto te gustaba conversar!. recuerdo las veces que me acordaba de llamar, tu siempre cogías el teléfono. Cuantas veces hablamos. Te dije que llamaría cada semana y casi casi que lo cumplí. Cuando no te llamaba yo me llamabas tu. Siempre preocupada por como estaba, si había cortado el pelo, si estaban bien los pantalones o la camisa que me habías regalado, si había llevado los zapatos de papa, si tenía trabajo o si tenía pendiente algún viaje... cuantas conversaciones: contandome los progresos de los sobrinos, contandome las travesuras de Marina o contandome los progresos de Enrique o de Samuel. 
Siempre tan orgullosa de los tuyos. Siempre atenta a tus tesoros: primero tus hijos, despues tus nietos, y al final todos los demás. Tambien informando de quien había muerto , quien habia enfermado. Recuerdo cuando me contabas las peripecias de esa chiquilla que con menos de 46 años había ya experimentado el sufrimiento de la terapia y la caída del pelo. De tu dolor viendo el dolor de otros y sin preocuparse del suyo... 

Todavia recuerdo el dolor que experimentaste cuando te digimos que aquella muchacha dejaba dos niños y que Dios la habia llamado. Aquel verano fue fatidico ¿recuerdas? ¡cuantos fallecieron! Recuerdos imborrables, que quedarán por siempre en nuestra memoria. que el tiempo no borre nunca aquellas vivencias, que sean siempre recordadas porque el que recuerda vive, y los recuerdos hacen "vivir a la persona que ha fallecido". Para mi, y lo pienso muchas veces es como si no hubieras muerto. Te siento cercana a mi, en mis preocupaciones, en mis inquietudes, en mis ocupaciones. Siempre me digo qué diría mama en este caso, que me aconsejaría en este momento. Siempre fuiste mi consejera, mi alentadora, mi animadora. Recuerdo que al volver de Venuela dijiste, mejor, hijo, estas mas cerca de nosotros. Al poco tiempo me destinaron a Oviedo, posteriormente a Badajoz y despues a Madrid. Recuerdo que cuando estuve en Oviedo viaje varias veces a casa y me esperabas con los brazos abiertos. Cuando me fui a Madrid dijiste , qué bien estas ya cerca de nosotros. Poco antes que te dieran la noticia de tu enfermedad me dieron el destino para Cadiz, y recuerdo que dijiste: hijo, que lejos te han mandado. Si ocurre algo que va a ser de nosotros. Yo creo que siempre soñaste que estuviera contigo más cerca. No pudo ser. Las distancias tampoco eran tantas, porque estabamos en comunicacion permanente, como cuando tu hija te enseñaba fotos por el ordenador. siempre preocupada , recuerdo de como estaba vestido, que tenía que estar presentable ante los demás y sobre todo: que me cortara el pelo. Tu gran preocupación que al final se convirtió en obsesion: cuando entraba por la puerta siempre decías : vete a cortar el pelo y yo quería que me lo cortaras tu. Querías que estuviéramos como decía presentables. 






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